Pía Palma, Administradora Pública.:
"Mi amor por las letras no se ha ido"

Hace cinco años que tomó plumones y pinturas acrílicas y comenzó un viaje por el mundo de las letras y la caligrafía. No tenía mayor formación en el oficio salvo los estudios de arte propios del tiempo de liceana.
Pero asomaron señales que la fueron llevando como de la mano por el transitar a pintar pizarras y murales de diversas tiendas y emprendimientos de PYMES.
En paralelo, Pía Palma, había ingresado a estudiar Tecnología Médica a la Universidad Austral. Luego de cursar tres semestres, sintió el llamado hacia otra área: la administración pública. Recientemente titulada, ha estado alternando entre los estudios y el lettering, lo en sus inicios fue un mero hobby, al poco andar le fue generando ingresos.
Inspirada por artistas de este oficio, principalmente brasileñas, Pía Palma se puso a investigar y tomó algunos cursos. Desde entonces, ha cumplido con encargos de distinta envergadura y hoy da cuenta de un estilo particular que ha desarrollado. A pesar de los tira y afloja, entre estudios formales y estas letras que por un período la atraparon, ha dosificado su dedicación hacia este oficio y actualmente, toma sólo determinados proyectos.
Al revisar su perfil de Instagram, es posible advertir un significativo posteo, publicado a fines de enero de 2023. Allí, manifiesta su cansancio por la alta demanda de sus trabajos y un alto stress asociado. Pía, anunciaba que, a partir de aquella confesión era tiempo para abrirse a nuevos proyectos y oportunidades.
Consciente de los costos de su elección, no cerró del todo la puerta a un eventual regreso que la llevara nuevamente a pintar un mural o a hacer pizarras. Dejó de ser Letrapía, su nickname, para ser simplemente ella.
A pesar de estar en un tiempo de reflexión, aceptó hablar con milkaos.cl ¿Fue tanto tu agotamiento que decidiste un retiro parcial del lettering?
“Estaba cansada y estresada. Hubo días malos en que el diseño no salía. Me pasó un poco eso, tenía harta demanda de trabajos pero tuve que tomar la decisión, a pesar de tener ganancias y beneficios en lo económico de por medio. Fueron semanas ininterrumpidas que significaron un alto esfuerzo físico y mental”. Explica, a modo de exculparse por este período de alejamiento.
¿Cómo pasaste de carreras tan distintas a desenvolverte con esta veta artística?
“Siempre me ha gustado lo administrativo, seguramente porque soy ordenada.” Responde la joven de 26 años, que curso la enseñanza media en el colegio Domingo Santa María, pero egresó del Liceo de Niñas Isidora Zegers de Huneeus.
De aquel entonces recuerda con especial afecto a sus profesoras de arte, que le entregaron fundamentos que con el paso de los años la llevaron a la senda de alfabetos y simbologías.

Debió optar a carreras tradicionales, en parte guiada por los colegios y su círculo más cercano.
“Pareciera como si siempre hubiera que apuntar a carreras tradicionales. Por ejemplo, hacia el área de salud o una ingeniería, pensando solo en ganar dinero. Estuve un año y medio en tecnología. Y me fue bien. Pero, me gustaba el arte, aunque no por el lado de la música. Mi mamá trataba de enseñarme la flauta dulce y a mí me costaba. Pero al pintar, sí.
Agradezco mucho a dos profesoras que tuve en que en el colegio Domingo Santa María, Dayana y Judith. Ellas cultivaron bastante el arte y lo hacían con excelencia.” Se remonta emocionada a esa época
Profesa la fe cristiana abierta y activamente, la relación con ese mundo también le fue mostrando parte del rumbo. Desde ese núcleo surgieron los primeros pedidos de su arte. Mas ella siempre ha sido inquieta y la cosa social también le ha llamado la atención.
“He sido muy “canapé” toda la vida. Lo que en realidad me gustó de la carrera Administración Pública fue su plan de estudios y la malla curricular, y entonces me di cuenta que era para mí. Nunca repetí un ramo y salí con buenas notas”. Comenta.
¿Te ves ejerciendo?
“Sí, claro que me veo ejerciendo. No sé, muy bien en qué”. Sonríe la flamante y recientemente titulada.
Tras realizar sus períodos de práctica profesional en el Gobierno Regional de Los Lagos, confiesa añorar volver al mundo público y reconoce que la fascina la gestión y planificación. ¿Y la política misma, no te atrae?
“No. Pero sí trato de estar bien informada de las cosas que están ocurriendo”. Responde de manera tajante y práctica a la vez.

Recientemente ha vuelto al lettering. Ha viajado hasta Osorno a ejecutar unos trabajos, como si este primer amor la llamara nuevamente.
“Ahora no hago tantas pizarras, trato de enfocarme en los murales, es un trabajo intenso, de varios de días”. Señala mientras sorbe café para ponerle una pausa a la entrevista.
Le pedimos que nos explicara más de su quehacer. ¿Cuáles son tus elementos de trabajo?
“Comencé sólo con plumones. Miré a muchas artistas brasileras que hacían lettering en paredes, allá es muy común y hay mucha gente que se desarrolla en eso. También vi que algunos utilizaban el pincel y me quedé con el pincel”.
Consultada por el trabajo que más satisfacción le ha generado, responde sin dudar:
“Es una pared que en el centro tiene una planta de café, al lado derecho, hay un pequeño cubo, y por el izquierdo una barrita de todos los métodos de filtrado. Y luego a la izquierda, que es justo al lado de la barra, ahí encima, están los tipos de café”. Se remonta a un proyecto que menciona en su Instagram, donde declara que antes de realizarlo no sabía nada de café. Porque reconoce que una de las cosas que más la ha llenado es compartir la sensibilidad y la esencia del trabajo con otros emprendedores.
A través de redes sociales menciona, por citar alguna a Jenny Keller, una brasileña a quien admira.
Ha ido perfeccionando la técnica e incorporado lo justo de tecnología de un trabajo que es eminentemente artesanal y manual. A la hora de presentar las propuestas a sus clientes recurre al IPad y el software Procreator. Pero los trazos finales, letras, colores y otros recursos gráficos siendo resultando de su propia mano
“Los insumos los adquiero principalmente en Santiago, porque prefiero utilizar los mismos productos y marcas. Una parte menor las consigo en tiendas y librerías de nuestra ciudad”.
Entre sus proyectos pendientes, anhela concretar la realización de talleres, aun cuando hay limitantes a la hora de conseguir espacios apropiados para dictarlos.
“Es algo que me gustaría hacer más para poder transmitir las letras a otras personas como un trabajo diferente. Es una deuda que tengo, especialmente con mujeres que estén en alguna situación vulnerable complicado o enfocadas a niñas como una forma terapéutica para sanar heridas”. Plantea desde su lado más sensible, al momento de ir finalizando la conversación.
En este oficio hay que procurar un producto único y exclusivo. Así lo hizo por ejemplo el pintor de letreros de micros santiaguinas, Zenén Vargas, quien a punta de pinceles y tarros de esmalte al óleo, estableció parámetros de culto en esta noble y romántica actividad.
En la otra vereda deambulan letras ininteligibles en el muro grafiteros o la perfecta impresión digital de plotters con tintas eco solventadas.
Para Pía, sus letras, pizarras y murales deben tener siempre un sello de autenticidad, que sólo la paciencia, la honestidad y la experiencia pueden garantizar. Lo importante es que ella está de vuelta, al menos por un rato.